sábado, 24 de enero de 2009

Pequeño gigante

[AUTOMOVILISMO]
Bautista Bozzani se proclamó campeón de la Mecánica Nacional C, en PAKO. El niño maravilla tuvo un año para el recuerdo: fue contundente, regular e imparable. Aquí, repasamos una temporada espectacular.


"Vamos a ir a ganar el campeonato y sin perdonarle nada a nadie". Estas palabras, firmes, sólidas e inequívocas, pertenecen a Bautista Bozzani, el joven piloto que se colgó los laureles de campeón en la categoría Mecánica Nacional C. Esa oración severa y categórica, fue pronunciada el 18 de diciembre de 2007 -si, hace un año- y contiene un alto grado profético, erigido sobre la convicción de un niño de 11 años de edad.
El desafío sonaba lógico, palpable. Claro, los hermanos Bozzani, Bautista y César, venían de pelear el campeonato 2007 hasta las últimas consecuencias y la espina de la derrota se había clavado en lo más profundo de sus corazones. Pero ese golpe los despertó, los hizo reaccionar y les inyectó una dosis de energías para encarar la siguiente temporada con una mirada más positiva, un aire ganador y un aplomo arrollador. Dentro de la vorágine del campeonato, la dupla de sangre infundió una serenidad aplastante a pesar de los pesares y de los momentos apremiantes. Cuando las papas quemaban, primaron la compostura y la madurez.
El niño maravilla emprendió su camino victorioso recién en la segunda fecha debido a una lesión inoportuna en su brazo izquierdo; en la quinta fecha, disputada en Baradero, el cardalero se ubicó en el tercer puesto; el tercer traspié de la temporada sucedió en la octava jornada, justo cuando se llevó a cabo el Gran Premio de Pilotos Invitados, también en Baradero: allí, Bautista obtuvo un segundo y un tercer lugar, y su principal oponente en la lucha por el campeonato, Juan Emilio Guazzeroni, festejó dos triunfos valiosísimos que lo debajan a medio punto del exaltacrucense.
En esos momentos, precisamente cuando el escolta amenazaba con destronarlo del liderazgo, Bozzani sacó a relucir su capacidad al volante combinada con ese fuego interno que lo llevó a consagrarse campeón con una fecha de antelación. Porque justamente ahí, en el instante exacto en que Guazzeroni se arrimó peligrosamente en la tabla de posiciones, el jovencito de Los Cardales hilvanó tres triunfos consecutivos en la recta final del certamen. Léase: cuando muchos se amilanan, él triunfó y avasalló a sus rivales.
La explicación para este pequeño gran fenómeno puede encontrarse en cuatro pilares fundamentales: el impecable trabajo realizado por el chasista y motorista, el oficio incansable de César, la habilidad innata del piloto y, sobre todo, la firme convicción demostrada en cada presentación.
Bautista derramó seguridad sobre las pistas bonaerenses hasta extremos inimaginables. Ese convencimiento lo llevó a registrar tiempos velocísimos en todos los circuitos e, incluso, a marcar récords de vuelta que igualaron los promedios de categorías superiores.
En este sentido, la próxima temporada será una prueba de fuego para el cardalero: probará suerte en la Mecánica Nacional B, donde lo esperan pilotos más grandes y experimentados sobre kartings más potentes y ligeros.
"A lo largo de la temporada hicimos los tiempos de esa categoría, asíque si todo va bien deberíamos estar en los primeros puestos". Estas palabras, esperanzadas y llenas de ilusión, fueron pronunciadas hace un mes por el mayor de los Bozzani. La mirada ya está puesta en el 2009. ¿Los acompañará una vez más esa convicción decisiva y crucial? "Esa es la idea, después veremos los resultados", aclararon. Que así sea…

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