Por Sociedad Rural de E. de la Cruz
Si se mueve.... intervéngalo!
Si se sigue moviendo... regúlelo!
Y si no se mueve más.... subsídielo!
Ronald Reagan
Ex. Presidente de Estados Unidos (1981-1989)
(Respondiendo en broma como entendían los políticos sobre la economía.)
Hace unos pocos días atrás, el sector agropecuario argentino, «el campo», manifestó con un grito profundo y desesperado un «basta!» a toda la clase dirigente argentina.
Basta... un estallido espontáneo que significo que toda la cadena agroindustrial parara su producción y que cientos de miles de pequeños y medianos productores, chacareros, contratistas, comerciantes, profesionales, proveedores de insumos y servicios, etc. y sus familias -todos ciudadanos- salieran a las rutas a explicar su angustia y sus razones a la sociedad toda.
La sociedad y también la ciudad entendieron. El Gobierno, no.
Y la ciudad no sólo entendió sino que acompañó ese grito. Sonaron cacerolas.
Las rutas fueron cortadas.
Después de 20 días, la «tregua» llegó y la promesa de dialogo.
Hoy es momento de apaciguar los ánimos y dejar que los técnicos hagan su trabajo. Que el diálogo y la razón dejen lugar a la pasión y los enfrentamientos. Sin claudicar.
Es el momento también de agradecer la infinita cantidad de apoyo y aliento recibidos. No aflojen! decían todos .
Los mails y las notas. Los llamados.
La colaboración desinteresada de vecinos autoconvocados, productores independientes, entidades, partidos y referentes políticos, dirigentes, entidades colegas, empresas, etc.
También a los periodistas y sus medios que no se dejaron presionar e informaron democráticamente nada menos que... la verdad.
Finalmente, el mensaje a los políticos: el Basta! también expresa el hartazgo de una sociedad cansada de verlos de rodillas ante la discrecionalidad del manejo de fondos del poder central. Les recordamos el comienzo de una Encíclica de Juan Pablo II: »No tengan miedo!»
Esperemos que el día 31 de la «tregua» sea el del anuncio del acuerdo y no el de un nuevo Basta!
Basta... un estallido espontáneo que significo que toda la cadena agroindustrial parara su producción y que cientos de miles de pequeños y medianos productores, chacareros, contratistas, comerciantes, profesionales, proveedores de insumos y servicios, etc. y sus familias -todos ciudadanos- salieran a las rutas a explicar su angustia y sus razones a la sociedad toda.
La sociedad y también la ciudad entendieron. El Gobierno, no.
Y la ciudad no sólo entendió sino que acompañó ese grito. Sonaron cacerolas.
Las rutas fueron cortadas.
Después de 20 días, la «tregua» llegó y la promesa de dialogo.
Hoy es momento de apaciguar los ánimos y dejar que los técnicos hagan su trabajo. Que el diálogo y la razón dejen lugar a la pasión y los enfrentamientos. Sin claudicar.
Es el momento también de agradecer la infinita cantidad de apoyo y aliento recibidos. No aflojen! decían todos .
Los mails y las notas. Los llamados.
La colaboración desinteresada de vecinos autoconvocados, productores independientes, entidades, partidos y referentes políticos, dirigentes, entidades colegas, empresas, etc.
También a los periodistas y sus medios que no se dejaron presionar e informaron democráticamente nada menos que... la verdad.
Finalmente, el mensaje a los políticos: el Basta! también expresa el hartazgo de una sociedad cansada de verlos de rodillas ante la discrecionalidad del manejo de fondos del poder central. Les recordamos el comienzo de una Encíclica de Juan Pablo II: »No tengan miedo!»
Esperemos que el día 31 de la «tregua» sea el del anuncio del acuerdo y no el de un nuevo Basta!
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