Cinco hermanitos contaron cómo y en que riesgo trabajan. No les gusta pero...

Uno de los relatos que más conmovió a los varios inspectores fueron los de cinco hermanitos de 8 a 3 años que se sentaron en ronda (foto) y contaron -preguntas mediante- cómo desarrollaban su “actividad laboral”.
En su inocencia dijeron que trabajaba desde las 7 a 10 de la mañana juntando huevos o barriendo los pasillos. A veces faltaban a la escuela priorizando el trabajo, según su relato.
Rodrigo, de 3 años, reconocía que en más de una oportunidad los huevos se le rompían porque se cansaba cuando los juntaba. Tan grave como cuando reconocieron que manipulaban veneno para las moscas, “eso hace mal, te arde la cara y los ojos”, dijo la mayor. Aún siendo menores estos niños realizan tareas peligrosas sin ningún tipo de protección y con alto riesgo para su salud.
Otra nena contó que en épocas de vacunación no pueden ir al colegio en otro horario que el habitual porque tienen que juntar huevos.
Cuando una de las inspectoras los interrogó acerca de si le gustaban juntar huevos, los chicos dijeron “mas o menos, no nos gusta el olor a….”
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