[OPINION]
Por: Hugo Fernandez - Concejal
Día a día las cosas cambian, en Robles sobre todas las cosa. A nadie escapa que Parada Robles ha sido sin duda la localidad con mayores cambios del distrito en los últimos años. Aumento significativo de la población estable, importante crecimiento de la actividad comercial son algunos de de los cambios que a lo largo de estos años hemos vistos.
Ahora bien es seguro que con la llegada de la autopista estos cambios se acelerarán y se acrecentarán, cambios que por ahora solo prometen crecimiento, crecimiento poblacional y económico.
Pero para nada, ni la autopista ni cualquier obra de infraestructura aseguran desarrollo, ya que el desarrollo es mucho más que el crecimiento. Desarrollo es, y pongámoslo en plano simple y hasta con una mirada biologisista, para que nuestro veterinario lo entienda, la adquisición de nuevas capacidades. Estas capacidades lograrán que una comunidad no solo supere las crisis coyunturales que su propio crecimiento le impone sino que además le permitirá construir su propio porvenir.
En el proceso de desarrollo las políticas estatales si bien tienen gran importancia, no cambian la historia ya que es el propio capital social de una comunidad quien logra definir su sentido de desarrollo. Es acá donde se ponen en juego las instituciones locales, es acá donde debemos celebrar la conformación del Rotary local y a su ves preocuparnos cuando las históricas instituciones pierden su sentido cooperativo y se transforman en meras prestadoras de servicios públicos. Es acá donde pone su gota más preciada la promoción de la cultura provenga de donde provenga. Es la cultura la que actúa como movilizadora de la sociedad, es un punto de encuentro y de reconocimiento de los vecinos. Apoyar la cultura y el fortalecimiento institucional local debe ser no solo una obligación sino un deseo de todos.
Pero atención que en Robles las aguas superficiales estén calmas, no significa que estén estancadas y mucho menos que no halla mar de fondo.
Por: Hugo Fernandez - Concejal
Día a día las cosas cambian, en Robles sobre todas las cosa. A nadie escapa que Parada Robles ha sido sin duda la localidad con mayores cambios del distrito en los últimos años. Aumento significativo de la población estable, importante crecimiento de la actividad comercial son algunos de de los cambios que a lo largo de estos años hemos vistos.
Ahora bien es seguro que con la llegada de la autopista estos cambios se acelerarán y se acrecentarán, cambios que por ahora solo prometen crecimiento, crecimiento poblacional y económico.
Pero para nada, ni la autopista ni cualquier obra de infraestructura aseguran desarrollo, ya que el desarrollo es mucho más que el crecimiento. Desarrollo es, y pongámoslo en plano simple y hasta con una mirada biologisista, para que nuestro veterinario lo entienda, la adquisición de nuevas capacidades. Estas capacidades lograrán que una comunidad no solo supere las crisis coyunturales que su propio crecimiento le impone sino que además le permitirá construir su propio porvenir.
En el proceso de desarrollo las políticas estatales si bien tienen gran importancia, no cambian la historia ya que es el propio capital social de una comunidad quien logra definir su sentido de desarrollo. Es acá donde se ponen en juego las instituciones locales, es acá donde debemos celebrar la conformación del Rotary local y a su ves preocuparnos cuando las históricas instituciones pierden su sentido cooperativo y se transforman en meras prestadoras de servicios públicos. Es acá donde pone su gota más preciada la promoción de la cultura provenga de donde provenga. Es la cultura la que actúa como movilizadora de la sociedad, es un punto de encuentro y de reconocimiento de los vecinos. Apoyar la cultura y el fortalecimiento institucional local debe ser no solo una obligación sino un deseo de todos.
Pero atención que en Robles las aguas superficiales estén calmas, no significa que estén estancadas y mucho menos que no halla mar de fondo.
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