OPINION - Por Adalberto C. Aner
En el espejo verde donde los sauces peinan sus hojas primerizas, ella, matrona longeva, se arregla primorosa sus trenzas de siglos ...
Las casas chatas soportan estoicas el peso de los años.- Algunas, más coquetas, pretenden ocultar su edad, pero las arrugas de sus paredes las descubren a gritos.-
Las calles se visten con el moño de tierra que el viejo barrendero, presuroso de dar término a su labor, dejó olvidada...Las baldosas flojas de la angosta vereda, enrojecieron de verguenza, porque en un día de lluvia, motivaron el enojo de la piba quinceañera que vió empañado el brillo de sus primeras medias de cristal ...
El cuadrilátero de la plaza se viste de fiesta, con el ramillete níveo que luego deja oir su bullicio en las aulas de la Escuela Centenaria...
El corpulento pino que se perfila tras la fuente, en una plácida noche de abril, dió el «piedra libre» a uno que, mientras sus conciudadanos rodeaban una tribuna, «no se decidía» ... (por las dudas).-
Por el resquicio de la puerta de un zaguán, pudimos oir como una pareja de novios debatía acalorada sobre el problema de la luz y los beneficios de la cancel ...
La clásica «ronda policial» es un toque de atención para que, los que caminan al márgen de Código Penal, se queden quietos ... (por unos momentos).-
Blanca Nieves, Caperucita Roja y muchos otros cuentos cobraban vida en los apergaminados labios de la abuelita que se veía rodeada por el tierno «auditorio» que formaban sus nietos.- No contento con ellos, el más pequeño y por lo tanto el más atrevido, con un dejo de picardía le dijo a la anciana: «Abuelita, nos decis el cuento del camino pavimentado a Robles?
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