El municipio descubrió otro establecimiento rural -de verduras- con trabajadores en negro y en malas condiciones.

¿Cultura?. No, un sistema de explotación. El dueño -Agustín Porco Porco- es también boliviano y sabe lo que es disfrutar del dinero, pues vive en Pilar y en condiciones diametralmente opuestas a sus compatriotas empleados. Además y como buen empresario invirtió en maquinarias, camiones y vehículos lo
que demuestra la rentabilidad del negocio.
Curado de espanto después de la dimensión que tomo una situación similar en las granjas del fallecido Luaces, informó al intendente Errazu quien no dudó en denunciar en la Justicia -a través del propio inspector- y hacer tomar parte al Ministerio de Trabajo.
Como consecuencia de la decisión, a media mañana del sábado pasado se hicieron presentes en el lugar inspectores de la Comuna junto con una mé-dica, dos asistentes sociales, un funcionario de Minoridad y Familia, la policía y luego se sumó el ayudante fiscal Dr. Aguado.
El resultado fue la comprobación de las malas condiciones sanitarias del lugar, las viviendas y -el martes en otra inspección con el Ministerio de Trabajo- la irregularidad laboral de los trabajadores, esto es “en negro”.
En este caso no se detectó trabajo de menores (una decena) y las condiciones de salud -pese a todo- estaban aceptables.
En cuanto a lo estrictamente municipal se detectaron problemas con las instalaciones eléctricas, ausencia de extinguidotes, falta de limpieza y faltaba renovar la habilitación; pero ante tal precariedad laboral el Municipio actuó de ofició y le trasladó las causas a otros organismos competentes.
La Semana estuvo en el lugar y comprobó lo precario de las construcciones de las “viviendas” y los sanitarios, imágenes de la portada de esta edición. Ya no estaban las “duchas” improvisadas a la intemperie construidas con cuatro palos envueltos en nylon negro y con techo del mismo material y una palangana para contener el agua fría. Así se bañaban. “El viento las desarmó” se excusó un trabajador cuando se le preguntó a donde estaban.
Sumisos y alertados a la vez por la presencia de este cronista no dudaron en calificar como “muy incómoda” la forma en que viven. No se mostraban para nada conformes en las pocas frases que expresaron.
La situación no es nueva y es muy probable que se repita en otras producciones similares en el distrito, por eso el relevamiento -que en parte se está haciendo para tener un padrón de productores a los que se les ofrecerán créditos- observa la situación general de la explotación y sobre todo en qué condiciones sanitarias y laborales se encuentra, más allá de que no pertenecer a la órbita de la inspección bromatológica.
En cuanto a la situación de Porco Porco se labraron actas de infracción que se girarán al tribunal de faltas, la fiscalía estaba definiendo la causa que caerá en el Juzgado de Paz y el Ministerio de Trabajo multaría la situación de irregularidad laboral y exigirá el blanqueo de los trabajadores.
Relevamiento I
Las inspecciones a las quintas de verdura revisan las habilitaciones, las condiciones sanitarias y de vivienda, la situación laboral y el uso de plaguicidas.
Relevamiento II
A través de la Dirección de Bromato-logía, el municipio está realizando un relevamiento comercial en todo el distrito. Empezaron por Capilla del Señor que ya llevan el 70% releva-do. Continuarán luego por Los Cardales y Parada Robles.
Relevamiento III
Las estadísticas municipales tam-bién incluirán a las industrias radica-das en el distrito. No parece, pero son cerca de 50 los establecimientos con esa categoría.
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