sábado, 12 de abril de 2008

Política

Los ojos puestos en Gaynor


La localidad es protagonista de puja la política, pero es beneficiada.

Diego Gaynor se ha convertido en la localidad donde oficialismo (el gobierno) y la opositora FE se dan “competencia” para tratar de darle solución a problemas puntuales de los vecinos.
El gobierno municipal lo hace porque le corresponde como parte de su gestión, en cambio Fuerza Exaltación de Andrés Aner busca crecer políticamente en base a un trabajo social en distintos barrios.
No es el único lugar, pero es el más emblemático.
Gaynor fue, o se siente, casi siempre muy olvidado. Real o no, es lo que expresan los vecinos del lugar.
Para llegar a este pueblo, al noroeste de Capilla, hay dos opciones: por camino de tierra (menos de 20 km) no siempre en condiciones o por ruta asfaltada. En este caso se accede por ruta 8 cerca del km 90 por una ruta (6 km) que ya acusa su deterioro.
Alguna vez pasó el tren. Épocas en que el crecimiento de los pueblos era impulsado por el ferrocarril.
La esperanza que vuelva ese vital medio de transporte volvió hace más de 4 años cuando ya daban por hecho la reactivación del tren hasta Gaynor. Fue una gestión del entonces intendente Adrián Sánchez que se iba a concretar en los primeros meses del actual intendente Errazu, pero la empresa TBA -ya estaban limpiando y reparando las vías- lo echó para atrás sin dar demasiada explicación.
De ahí en más lo que crecieron otra vez fueron los yuyos, hoy casi las vías no se ven. El abandono va borrando los vestigios de que alguna vez el tren corría hacia Pergamino o Capilla del Señor, y Diego Gaynor tenía promesa de ser un pueblo siempre pujante.
La realidad marcó lo contrario. Pero no está muerto, hoy hay un interesante movimiento inmobiliario de pequeñas parcelas, muy posiblemente de gente que quiere tener una casita para el fin de semana un poco-bastante alejada del bullicio, varias familias nuevas y una importante actividad agropecuaria: arándanos, soja (claro) y maíz, un tambo y criadero de aves. Pero los lugareños reconocen que el pueblo está “quedado”.
Motivos por el cual -y en el marco de una lucha por posicionamientos políticos entre el gobierno comunal y el partido Fuerza Exaltación- en estas últimas semanas comenzó a funcionar una combi hasta Capilla por 1 peso el boleto (un pedido que tenía un tiempo y lo que acercó a concejales de FE a la localidad pero que fue puesta luego por el municipio); se pintó la escuela, se pintó la sociedad de fomento y centro de jubilados y los vecinos tuvieron algo más de vida social en Pascuas.
En tanto, el nuevo delegado Domingo Davio anunció el arreglo del techo de la iglesia San Cayetano, es muy probable que esté listo para el 7 de agosto, el día del festejo patronal.
Ana, la eterna enfermera de la salita de primeros auxilios, frunce el ceño. Y reclama que le construyan una habitación de 5x3 metros contigua a la Sala para poder atender mejor las emergencias. Sin duda dice creer que eso es más prioritario que el techo de la parroquia, “que ni cura tiene y viene de Robles un diácono”, le pareció creer.
“Eso depende de Salud”, se excusó Davio cuando escuchó su reclamo, empecinado en que las autoridades anuncien una obra importante para los fieles justo en la patronal de San Cayetano, irónicamente el Santo del trabajo en un lugar que convive -por falta de transporte, principalmente- con la falta del mismo, según sostienen vecinos.
Todo cuesta más en este bucólico pueblo de 380 almas, que conviven con tranquilidad con animales de granja que abundan por las calles no reconociendo límites, y que conforman para un visitante ocasional amante del campo un paisaje sumamente agradable.
Hace rato que se viene hablando de un establecimiento educativo agrario que funcionaría en el predio del ex programa Andrés, pero el proyecto aún está lejos de salir de la burocracia educativa provincial.
Pero todo, de alguna u otra forma, llega. En pocos días se iniciarán las primeras clases de un Centro de Educación para la Producción (CEPT), un secundario con orientación agropecuaria con modalidad de alternancia (una semana en la escuela y dos en la casa) y en donde se integra y capacita a todo el núcleo familiar.
Los padrinos son un grupo de profesores del CEPT de San Andrés de Giles y participa una comisión de pocos vecinos y papás de futuros alumnos.
Ana, la enfermera, lanza otra crítica: “el pueblo en general no participa, lamentablemente esperan que le den todo…”. Pretende que los vecinos sean más entusiastas y colaboren con este emprendimiento educativo que puede torcer la inercia de abandono.
También reconoce como positivo el “interés” que despertó Gaynor en este último tiempo -sin elecciones inmediatas-, pero le parecería mejor que en vez de competir “quién lo hace” trabajen todos juntos para sacar adelante al pueblo.
Ingenuidad al margen, la vecina sabe que, además de la buena voluntad y la obligación, en el medio está “la política”. Esa que la mayoría de los vecinos de este lugar aborrecen, porque a su vez ésta hizo muy poco para sacarlos del atraso. Pero todo, quizás, llega.


Producción y crecimiento
El secretario de Gobierno, Claudio Martín, adelantó que a partir del funcio-namiento de la escuela agrotécnica, “pensamos que funcione en un futuro un ‘centro agropecuario´ donde la gente va a tener la posibilidad de tener un trabajo”.
“Son propiedades muy aprovechables donde se pueden hacer un montón de cosas que va a servir para que los chicos puedan trabajar y producir. Con el tiempo creemos que Diego Gaynor va a ser uno de los cuarteles que más crecimiento va a tener”, aventuró Claudio Martín.

Sin tractor
Hace seis meses que el tractor que corta pasto está roto. Los pajonales llegaron en el pueblo a una altura considerada. Cuentan los vecinos que alguien de Cardales se sensibilizó con la situación y envió prestado su tractor. Ahora el pasto está más corto. No en todos lados claro, porque tuvieron que devolver el tractor.

Y a mí que me critican
Ana, la enfermera de la Sala, se sintió molesta por las críticas surgidas en una reunión de FE con vecinos en la Sociedad de Fomento donde reclamaron guardias los fines de semana. En relación a ello aclaró que necesita un trabajo ofrecido en el Hospital de Capilla los sábados y que el domingo es su único y merecido día franco. No obstante destacó que “hace muchísimos años que soy la enfermera de este lugar y nunca nadie quedó sin atención”
En la Sala funciona un médico clínico los lunes y viernes, ginecólogo los martes y odontología los jueves. “La enfermera está de lunes a lunes”, aclaró Ana.

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