sábado, 26 de abril de 2008

El café de los jueves

Cortina de humo
[Por E.H.L. para La Semana]

Cuando entre al “Café de los Jueves” sonaba en el equipo de música el viejo y bello tema “Hay humo en tu ojos”. Freddy me dijo, mientras me servia mi cortado liviano, “…lo puse toda la semana”.
“Para acompañar la actualidad”, le dije y le pregunte desde cuando cumplía la doble tarea de mozo y disk jockey.
Con la amabilidad habitual Freddy me dijo “…alguien tenía que ponerle onda a tanto humo…”.
“Bien”, bromee, “pero si prendías el extractor hubiera sido más práctico”.
Luego llegaron Bernardo, Daniel, Félix y Omar. Daniel dijo: “al fin un poco de alivio”. Omar apoyó, “si, pero se fue para Rosario, así que ojo con ir para allá”, y exagero “no veía ni los bollos, de tal manera que las pizzas me salieron de variado grosor. En la pizarra puse: Pizza al Humo y fueron un éxito”.
Félix siempre reía de las ocurrencias de Omar. Bernardo enumero los temas de la semana: “Tema uno: Patti. Tema dos, las reuniones entre el Gobierno y los ruralistas y el subtema, fin de la tregua. Nos miró con suspicacia y preguntó: “¿Quien comienza?”.
Nos miramos. Omar silbó una melodía irreconocible y Daniel quien tenía un alfajor en su boca dijo: “Congh la boghcagh lleghna nov haghblogh”. Y espolvoreo maicena por toda la mesa.
Bernardo bramo: “son una manga de mentecatos, no tienen opiniones ustedes”.
Félix no se intimido y dijo: “La Corte Suprema falló y hay que acatar. Si Patti no fue impugnado en su debido momento hay que respetar la voluntad popular y si la justicia lo haya responsable de los hechos que le imputan, que cumpla ante la sociedad, con la condena que se le imponga, pero en una estado de derecho no es admisible que el Ejecutivo arree la justicia porque ya se sabe que cuando la política entra a las patadas por la puerta la justicia huye por la ventana. En cuanto al segundo tema que planteas, continuó Félix, creo que no habrá vuelta a los cortes de rutas, porque se me ocurre que a los representantes de las entidades agropecuarias les debe haber quedado claro que un gobierno legitimado por el sufragio debe ejercer irrenunciablemente el mandato conferido y las medidas que tome son parte del derecho que le asiste, de tal manera, que más allá de las protestas y desacuerdos a los que todos tenemos derecho a expresar, la vida republicana nos impone, también, deberes. Los que crean que sus derechos son afectados, pueden recurrir a la justicia y ejercerán sus derechos legítimamente. Los exaltados de siempre deberán abandonar la pirotecnia verbal que, se me ocurre, se trata más de una forma de sofisma poco feliz solo para satisfacer a las bases, que un argumento que tenga algún valor ideario”. Y concluyó: “He escuchado, en estos días, tanta argumentación falaz que no podía creer, que humanos en posesión de sus facultades mentales pudieran expresar tales ideas, basadas en supuestos tan pocos razonables”.
Daniel, quien ya había comido varios alfajores y había enjuagado su boca, “tan exquisitamente” con unos “delicados buches de café”, dijo: Si, verdad, si hasta un “cusifai” argumento que el fuego que arde en los campos fue una desafortunada colilla de cigarrillo arrojado por un fumador compulsivo o una chispa de las ruedas de un tren y otros de ese tenor. Pero luego otro descerebrado, Ingeniero Agrónomo, aclaró, como si este título profesional lo apartara de yerro alguno, que se trataba de antiguas prácticas, y que cuando él era niño, su padre llevaba varias cajas de fósforos, para prender su campo, ya que era una costumbre habitual para generar nuevas y tiernas pasturas”. Y Daniel continuó con este otro tema: “Estos tipos no se ponen de acuerdo. Unos dicen que fue accidental y otros que todos los años se prende fuego. Y luego sacaron esta graciosa conclusión: que el Estado demoró su accionar y que esa inoperancia precipito la gravedad del incendio. En fin, agregó Daniel, si se trata de usar cualquier argumento, como decía un viejo amigo, “Qué tiene que ver el órgano genital femenino, con el mes de agosto”.
José, que había llegado unos minutos antes pero no quiso interrumpir la perorata de Daniel, dijo su habitual: “que hay de nuevo”, y luego dejo un tema: “Voy a poner un cementerio privado, lo llamaré: ‘Mirando Crecer los Rabanitos desde Abajo’, que me resulta más original que uno que se llama: Colinas del Tiempo”.

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