sábado, 8 de noviembre de 2008

30 de octubre de 1983: Comienzo de la Democracia

[EL AYER CAPILLENSE- Texto del discurso pronunciado por el Intendente Electo]
Por Adalberto C. Aner
(Este discurso fue improvisado, su texto se debe a una grabación efectuada por el Señor Héctor Vázquez y publicada en su periódico "El Pueblo")
Señor Presidente del Honorable Concejo Deliberante, Señores Concejales Municipales, Señor Intendente Petrucelli. Convecinos.

Se ha expresado con razón que la comuna es la asociación que está en la naturaleza; que donde quiera que haya hombres reunidos se forma por si una comuna; que la sociedad municipal existe en todos los pueblos.- Por eso aquí, hoy, en la Casa Principal de nuestra comuna de Exaltación de la Cruz frente al vecindario que la compone, venimos con humildad a cumplir una misión que consideramos reparadora, a cris-talizar un destino dignamente conquis-tado y a consolidar la integración total de la familia al orden municipal sobre sus bases fundamentales. Créanlo, no obedecemos a tendencias o sectores ni a intereses encontrados y no tenemos más ensueño que el pueblo, como síntesis del bien de todos.- Nuestra tarea, anticipadamente concebida, resultado de un estudio sereno y razonado, no se agotará en las circuns-tancialidades de esta hora.- Necesa-riamente tendrá que proyectarse hacia el futuro, en el aliento de nobles inspiraciones.- Para afirmar el sentido de una nueva solidaridad, de un nuevo concepto del bien común que nos distinga como un pueblo ejemplar que quiere enaltecerse en el trabajo cotidiano, en paz, con justicia, en el coraje de sus hombres, en el amor de sus mujeres, en la ilusión esperanzada de sus jóvenes y en la ternura conmovedora de sus niños.-
En lo estrictamente personal, digo brevemente y sin excitaciones, conciente de mis propias limitaciones, que he recorrido el largo y azaroso camino de los duros entreveros políticos, sin haber claudicado jamás de los principios a los cuales he subordinado el "Cunsus Honoren" de una militancia partidaria a la que consagre toda mi vida.-
Durante más de venticinco años, en la angustia muchas veces pero también en la certidumbre, he cobijado las rebeliones de mi espíritu y siempre en actitud de respeto frente a las cosas de lo absoluto a las que no tiene acceso la mente del hombre, he esperado, pacientemente, en vigilias renovadas, que la razón esclareciera nuestros juicios de pastores y rebaños.-
En toda empresa humana la hora más difícil, por cuanto es aquella en que el órden espontáneo de las jerarquías de la acción entusiasta se derrumba por el solo hecho de haber alcanzado el fin propuesto; es la hora del timonel que debe ordenar de nuevo la columna sobre escalas de valores desconocidos para iniciar la marcha hacia una obra de porvenir, a la que nadie podrá sus-traerse, por que el tiempo que viene plagado de interrogantes y compleji-dades dejará de ser el de unos pocos para transformarse necesariamente en el de todos.- La responsabilidad es común, puesto que la magnitud de la tarea no admite singularidades ni provinden-cialismos personales.- En comunión de solidaridades alcanzaremos la instancia suprema de un pueblo que atesorando sus viejos pergaminos, en la custodia de sus más puras y nobles tradiciones y el amparo de su Santo Patrono, el Señor de la Exaltación, consagrará su destino de grandeza por la voluntad inque-brantable de sus hijos.-
No expondremos en este recinto las pautas materiales que se compatibilizan con un programa de gobierno porque persuadidos estamos que el programa está ínsito en la naturaleza misma de todas las cosas; es la imaginación, la potencialidad creadora, la inteligencia del hombre la que promueve los cambios multiformes, base de todas las trans-formaciones que generan el mejora-miento de la existencia humana.-
Con conocimiento profundo de los valores éticos y morales que conforman una sociedad políticamente organizada se ha dicho que un programa de gobierno es sólo una realidad tangible.-
Triste condición sería la de un pueblo si su prosperidad sólo hubiera de consistir en el fomento de sus intereses mate-riales. El progreso es constituído preferentemente por las fuerzas mora-les y espirituales de los pueblos.-
Para nosotros lo fundamental de esta hora está señalado por el hecho cierto de que cada uno en su lugar, más allá de sus frustraciones, de sus angustias, de sus éxitos o de sus fracasos siente la necesidad de echar a vuelo las vibra-ciones de su corazón, iniciando al ritmo de ellas el tránsito hacia una nueva alborada que nos aleje a todos para siempre de la noche larga de los desencuentros comunes.-
Mañana, pasado mañana tal vez pero es seguro todos sin excepción compren-deremos, por encima de los consensos o de los disensos comprensivos de circuns-tanciales discrepancias que debemos ser los protagonistas de nuestros propios destinos porque mandatarios y mandantes hemos aprendido en la dura lección de los tiempos vividos que nadie es dueño de la verdad absoluta, que está reservada sólo a Dios, Juez Ultimo de todos nuestros actos y de todas nuestras actitudes.-
Agradecemos profundamente a quienes en la hora de ejercer la voluntad definitoria asimilaron en nuestros nombres la esperanza nueva que se pone en marcha.- A quienes consideraron que otros podían ser los elegidos, les agradecemos también, porque todos; conformando la columna vertebral de la democracia contribuyeron a enalte-cer la potestad de la República en el ejercicio pleno de sus derechos soberanos.-
Aceptamos el honor que nos ha confe-rido el pueblo de Exaltación de la Cruz.- Lo aceptamos con la firme resolución de trabajar por el bienestar y la prosperidad común,. Para cumplir con los derechos y obligaciones que nos imponen, necesitamos la ayuda y la plegaria de todos.- Solicitamos estímulo y apoyo.- Difíciles son las tareas que nos esperan, solamente podremos con-cluirla con bien si sumamos el esfuerzo del conjunto.-
El mandato será ejercido con res-ponsabilidad; aceptaremos todas las críticas, la libre expresión de las ideas será un derecho inalienable que cada uno podrá ejercer con las limitaciones que solo le impone la ley.- Goberna-remos con todas las facultades, atribuciones y obligaciones que nos prefijan la Constitución y las leyes.-
Nuestra autoridad es legítima porque emana del pueblo, única fuente válida de poder capaz de concederla.-
Por eso decimos también con vehe-mencia para que nadie quede inad-vertido, que respetaremos, haremos respetar y defenderemos hasta las últimas consecuencias la dignidad de la investidura y del cargo que nos ha discernido la voluntad mayoritaria de la población.- El carácter de funciona-rios públicos representativos lo hemos adquirido por la legalidad integral del mandato que investimos.-
Dolores tremendos ha padecido la nación; centenares de sus hijos se han perdido para siempre en enfrenta-mientos fraternos que señalan una historia reciente de dolor y lágrimas.- Una guerra cruenta desgarró trági-camente una generación de argen-tinos.- Ha llegado la hora de compren-der que la suprema necesidad de nuestro tiempo es que los hombres aprendan a vivir en paz y armonía.-
Cada período de nuestra historia tiene sus propias dificultades.- Las que se nos presentan ahora son tan graves como las que más en el pasado.- El día de hoy no marca solamente el comienzo de una nueva administración, sino también el de un período que será memorable tal vez decisivo para nosotros y para toda la República.-
Saludamos respetuosamente a los que ahora dejan este lugar.- Estamos convencidos que cada uno en su tiempo, ha realizado lo mejor que pudo realizar, ha hecho lo mejor que pudo hacer para atender las causas comunes, ha servido a su ideal como mejor entendió que debía servirlo.- Ha concluído un ciclo y comienza otro; es la sucesión natural de los hechos políticos que se insertan en la vida de los pueblos para definir su historia.-
Los que vengan mañana, lejos de las pasiones de esta hora, juzgarán con visión cosmográfica el quehacer de cada uno de nosotros.- Comprenderán que nadie es tan bueno como para merecer el elogio de todos, ni tan malo como para hacerse acreedor a la reprobación general.-
CONVECINOS:
Nadie aquí debe considerarse derro-tado.- No resuenan en estos ámbitos clarines de victoria, en tanto venimos solamente con autoridad republicana a encender la fragua de la forja nueva para acuñar los moldes de un pueblo que quiera realizarse en su sitio, para su sitio y en su pensamiento para su propia creación.-
AL PUEBLO PEDIMOS COMPRENSION Y TOLERANCIA, A DIOS QUE NOS ILUMINE A TODOS.-
Muchas gracias.-

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