[Por E.H.L. para La Semana]
La tertulia comienza cuando Ud llega, dijo José, cuando me senté a la mesa del “Café de lo Jueves”. Pensé que entender una conversación ya comenzada implica un esfuerzo adicional tan vano como pretender imponer una idea política. Ya estaban todos y parecían intercambiar opiniones, seguramente a partir de algo que dijo alguien. Mientras me acomodaba y pedía mí cortado a Freddy trate de adivinar quien había abierto la charla y no tarde en advertir que fue Bernardo, cuya mordacidad y sonrisa aviesa era arto conocida.
Omar me dijo que la memorable frase de Bernardo fue: “El circo de Marrone”, y agrego, “solo falta la carpa de los Boys Scouts”.
Pueden continuar para que pueda ponerme al tanto, dije.
Daniel dijo entonces dirigiéndose a mí: Disparar no es cobardía, sino salvar el pellejo y agrego, Soldado que huye sirve para otra guerra. Aunque me las habría arreglado muy bien Félix oficio de auxilio cuando le dijo a Daniel: Querido profesor Ud será convocado, como soldado raso, en la guerra del alfajor.
Yo, dijo Daniel eludiendo la falsa provocación de Félix, mido la economía por mí estado anímico. Y puntualizó: Cuando viene el bajón compro solo dos alfajores pero cuando todo va viento en popa compro cuatro. Ah, dijo Bernardo, vos si que no te medís en gastos.
No creas, apunto Félix a Bernardo, el tipo aumenta sus inversiones alimenticias en un cien por ciento, lo que es un fenomenal termómetro de la evolución económica y la relación de ésta con los vaivenes emocionales.
Omar, que estaba más participativo que de costumbre, nos contó que había escuchado por la radio que una oyente se lamentaba de la situación y conflicto por el que atraviesa el país, por lo que van a pensar en el resto del mundo, y agregó: Yo nunca llamé a una radio para dar mi opinión porque no dispongo de tiempo y prefiero utilizarlo mejor que dejarme arrastrar por la nefasta tentación de los “…cinco minutos de notoriedad…”, como aquellos otros queridos compatriotas que “vacacionan” en Mar del Plata con el único propósito, parece, de saludar a las cámaras de “Almorzando con Mirtha Legrand” y ser vistos, imagino, en sus pueblo, ciudades o vecindarios. Omar continuó: Yo creo que este es un país muy divertido donde no hay día que nuestros ciudadanos no salgan a manifestar, ya para cacerolear, ora para instalar carpas, ora para cortar rutas y puentes, incluso de las maneras más ingeniosas y me viene a la memoria cuando se manifestaba frente a los bancos que se habían quedado con los ahorros, que a un tipo se le ocurrió instalar una sombrilla, debajo de la cual se sentó, desparramó un poco de arena y dijo: Ya que se quedaron con la “guita” de mis vacaciones, aquí me quedo. Verdaderamente nuestra explotación turística debería mostrar mejor nuestras habilidades para protestar que andar mostrando los Hielos Continentales, El Calafate, Cataratas o el Valle de la Luna.
Omar hizo una pausa y continuó: Los alemanes de hace treinta años tenían una programa televisivo que aquí se titulaba “Telemach” donde se enfrentaban dos pueblos vecinos en una serie de pruebas muy originales del tipo de trepar el palo enjabonado o la carrera del huevo y la cuchara que aquí se practicaba en las quermeses, pero mucho más elaboradas. Participaban hombres y mujeres y la única finalidad era la competencia y no los premios, porque simplemente no los había. Cuando miraba aquellas competencias pensaba que había que tener una cierta situación económica resuelta como para tener la mente despejada y el cuerpo entrenado y divertirse con tales juegos. Y Omar finalizó: sinceramente creo que a este país le va muy bien, tanto que no se deja pasar la oportunidad para convertir lo que se presente, sea éste de las características más dispares, y transformarlo en un alboroto circense.
Tal cual, dijo Bernardo, “El circo de Marrone”.
Todo muy lindo, dijo Félix, y puedo aportar una idea a la ya arraigada manera de trasladar las fechas patrias a los lunes: propongo que se transformen en feriados nacionales todos aquellos acontecimientos trágicos de modo tal que en nuestro país sea feriado siempre, lo que sería un gran impulso al turismo.
Apoyo, dijo Bernardo, planes trabajar para todo los argentinos y a disfrutar la vida ya, que chocan los planetas.
Omar me dijo que la memorable frase de Bernardo fue: “El circo de Marrone”, y agrego, “solo falta la carpa de los Boys Scouts”.
Pueden continuar para que pueda ponerme al tanto, dije.
Daniel dijo entonces dirigiéndose a mí: Disparar no es cobardía, sino salvar el pellejo y agrego, Soldado que huye sirve para otra guerra. Aunque me las habría arreglado muy bien Félix oficio de auxilio cuando le dijo a Daniel: Querido profesor Ud será convocado, como soldado raso, en la guerra del alfajor.
Yo, dijo Daniel eludiendo la falsa provocación de Félix, mido la economía por mí estado anímico. Y puntualizó: Cuando viene el bajón compro solo dos alfajores pero cuando todo va viento en popa compro cuatro. Ah, dijo Bernardo, vos si que no te medís en gastos.
No creas, apunto Félix a Bernardo, el tipo aumenta sus inversiones alimenticias en un cien por ciento, lo que es un fenomenal termómetro de la evolución económica y la relación de ésta con los vaivenes emocionales.
Omar, que estaba más participativo que de costumbre, nos contó que había escuchado por la radio que una oyente se lamentaba de la situación y conflicto por el que atraviesa el país, por lo que van a pensar en el resto del mundo, y agregó: Yo nunca llamé a una radio para dar mi opinión porque no dispongo de tiempo y prefiero utilizarlo mejor que dejarme arrastrar por la nefasta tentación de los “…cinco minutos de notoriedad…”, como aquellos otros queridos compatriotas que “vacacionan” en Mar del Plata con el único propósito, parece, de saludar a las cámaras de “Almorzando con Mirtha Legrand” y ser vistos, imagino, en sus pueblo, ciudades o vecindarios. Omar continuó: Yo creo que este es un país muy divertido donde no hay día que nuestros ciudadanos no salgan a manifestar, ya para cacerolear, ora para instalar carpas, ora para cortar rutas y puentes, incluso de las maneras más ingeniosas y me viene a la memoria cuando se manifestaba frente a los bancos que se habían quedado con los ahorros, que a un tipo se le ocurrió instalar una sombrilla, debajo de la cual se sentó, desparramó un poco de arena y dijo: Ya que se quedaron con la “guita” de mis vacaciones, aquí me quedo. Verdaderamente nuestra explotación turística debería mostrar mejor nuestras habilidades para protestar que andar mostrando los Hielos Continentales, El Calafate, Cataratas o el Valle de la Luna.
Omar hizo una pausa y continuó: Los alemanes de hace treinta años tenían una programa televisivo que aquí se titulaba “Telemach” donde se enfrentaban dos pueblos vecinos en una serie de pruebas muy originales del tipo de trepar el palo enjabonado o la carrera del huevo y la cuchara que aquí se practicaba en las quermeses, pero mucho más elaboradas. Participaban hombres y mujeres y la única finalidad era la competencia y no los premios, porque simplemente no los había. Cuando miraba aquellas competencias pensaba que había que tener una cierta situación económica resuelta como para tener la mente despejada y el cuerpo entrenado y divertirse con tales juegos. Y Omar finalizó: sinceramente creo que a este país le va muy bien, tanto que no se deja pasar la oportunidad para convertir lo que se presente, sea éste de las características más dispares, y transformarlo en un alboroto circense.
Tal cual, dijo Bernardo, “El circo de Marrone”.
Todo muy lindo, dijo Félix, y puedo aportar una idea a la ya arraigada manera de trasladar las fechas patrias a los lunes: propongo que se transformen en feriados nacionales todos aquellos acontecimientos trágicos de modo tal que en nuestro país sea feriado siempre, lo que sería un gran impulso al turismo.
Apoyo, dijo Bernardo, planes trabajar para todo los argentinos y a disfrutar la vida ya, que chocan los planetas.
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