Asuntos Agrarios inspeccionó otra vez, no la clausuró pero le exigió correcciones.

Sorpresivamente, el martes, inspectores del gobierno provincial volvieron al distrito y -entre otras- al mismo establecimiento polémico de Luaces para “verificar” el estado sanitario.
El nuevo operativo lo encabezó el “jefe” de los inspectores, Dr. Galli, con tres colegas más, entre ellos el Dr. Vasalo, quien fue uno de los que inspeccionó a La Mimosa III en el megaoperativo de la semana pasada. El otro inspector, el Dr. Ugarte, quien fuera el anteriormente responsable de examinar las granjas y no observó mayores anomalías -ante la sorpresa de todos- esta vez suges-tivamente no estuvo presente.
Nada había empeorado de una semana a otra, pero ahora sí los inspectores de Asuntos Agrarios encontraron situa-ciones a mejorar. Fueron ocho o diez puntos relacionados con el manejo del guano (estiércol), las moscas, el uso de insecticidas y la falta de higiene. Así y todo, el criterio amplio de Asuntos Agrarios concibió que no sea plausible de clausura, pero le exigieron que en 20 días ponga en orden lo puntualizado, si no cumple le cabería la clausura. Recomendaciones tantas veces dictadas por el Municipio -y en ocasiones por la Provincia- y casi nunca cumplidas por el empresario.
Pero esta vez, como nunca antes, estos establecimientos quedaron en el centro de las miradas de varios organismos nacionales, provinciales y la Justicia; por el sonado empleo de trabajadores bolivianos en negro y supuesta explotación de menores.
Como se informó la semana pasada, varios de los funcionarios de los distintos estamentos e inclusive el fiscal Juan José Maraggi quedaron azorados por el criterio de los inspectores de Asuntos Agrarios que, de antemano, habían anticipado que “no venían a clausurar”.
Por lo que se especula, hubo llamados al Ministerio pidiendo algún tipo de explicación y fue lo que habría ocasionado las nuevas inspecciones algo más rigurosas.
Estas inspecciones no solo incluyeron el mentado establecimiento, también los inspectores -acompañados por sus pares municipales- registró otra granja de Luaces sobre la ruta 39 llamada “Molinos de Capilla” que tiene ponedoras al piso y la cual estaba en buena condiciones y con habilitación corres-pondiente.
No así una tercera granja (de otro titular) en barrio Los Pinos, “Alfa Z”, dedicada a la re-cría. No estaba habilitada pero tampoco tenía animales, por lo que le fue fácil a Asuntos Agrarios clausurarla.
Hacia adelante, Asuntos Agrarios prometió inspecciones continuas a los establecimientos más comprometidos. Cabe recordar que es éste el organismo que tiene competencia para las clausuras y no el Municipio, aunque de todas formas la Comuna hace inspec-ciones y labra las actas (y luego se aplican multas) por las condiciones sanitarias con las limitaciones que le imponen.
El nuevo operativo lo encabezó el “jefe” de los inspectores, Dr. Galli, con tres colegas más, entre ellos el Dr. Vasalo, quien fue uno de los que inspeccionó a La Mimosa III en el megaoperativo de la semana pasada. El otro inspector, el Dr. Ugarte, quien fuera el anteriormente responsable de examinar las granjas y no observó mayores anomalías -ante la sorpresa de todos- esta vez suges-tivamente no estuvo presente.
Nada había empeorado de una semana a otra, pero ahora sí los inspectores de Asuntos Agrarios encontraron situa-ciones a mejorar. Fueron ocho o diez puntos relacionados con el manejo del guano (estiércol), las moscas, el uso de insecticidas y la falta de higiene. Así y todo, el criterio amplio de Asuntos Agrarios concibió que no sea plausible de clausura, pero le exigieron que en 20 días ponga en orden lo puntualizado, si no cumple le cabería la clausura. Recomendaciones tantas veces dictadas por el Municipio -y en ocasiones por la Provincia- y casi nunca cumplidas por el empresario.
Pero esta vez, como nunca antes, estos establecimientos quedaron en el centro de las miradas de varios organismos nacionales, provinciales y la Justicia; por el sonado empleo de trabajadores bolivianos en negro y supuesta explotación de menores.
Como se informó la semana pasada, varios de los funcionarios de los distintos estamentos e inclusive el fiscal Juan José Maraggi quedaron azorados por el criterio de los inspectores de Asuntos Agrarios que, de antemano, habían anticipado que “no venían a clausurar”.
Por lo que se especula, hubo llamados al Ministerio pidiendo algún tipo de explicación y fue lo que habría ocasionado las nuevas inspecciones algo más rigurosas.
Estas inspecciones no solo incluyeron el mentado establecimiento, también los inspectores -acompañados por sus pares municipales- registró otra granja de Luaces sobre la ruta 39 llamada “Molinos de Capilla” que tiene ponedoras al piso y la cual estaba en buena condiciones y con habilitación corres-pondiente.
No así una tercera granja (de otro titular) en barrio Los Pinos, “Alfa Z”, dedicada a la re-cría. No estaba habilitada pero tampoco tenía animales, por lo que le fue fácil a Asuntos Agrarios clausurarla.
Hacia adelante, Asuntos Agrarios prometió inspecciones continuas a los establecimientos más comprometidos. Cabe recordar que es éste el organismo que tiene competencia para las clausuras y no el Municipio, aunque de todas formas la Comuna hace inspec-ciones y labra las actas (y luego se aplican multas) por las condiciones sanitarias con las limitaciones que le imponen.
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